La ignorancia, nos vuelve pecadores . Vemos algo hermoso y lo calificamos de pecaminoso. Cuando en realidad, la belleza es sencilla, no tiene obtaculos, es transparente, lucida y se encuentra siempre al fondo del camino. No cerremos los ojos, al placer, a la satisfación. Busquemos, caminemos y encontremonos abandonando la ignorancia, para dejar de ser pecadores.
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