sábado, 9 de septiembre de 2017



No existe calma, existe extensión a momentos sin precisión. No existe el no quiero, cuando el quiero se expande por todos los poros. Cuando llegan los momentos, la calma no para el momento. Se buscan los si y se expanden por los poros abiertos de un momento culminante.
El se acercó, la acaricio y notó como aquel cuerpo cambiaba sus rumbos. Los caminos eran inimaginables. Rutas resbaladizas, fáciles de caer y ya no sobreponerse. Si el riesgo calmaba, la precisión conectaba. 
Sus dos eran un único mundo. Un único camino guiado hacia un momento de secretos inconfesables.

No hay comentarios:

Publicar un comentario