jueves, 29 de enero de 2015

LA RUBIA DE GAULTIER

 
 
 


En carnes llevo marcada por los años, una mujer exterior. En sangre una niña interior, que recorre cada parte de mi cuerpo, dando vida a un alma de mujer creadora de miles de sueños, imagino mi mundo completamente diferente, en lo que soy y en lo que no soy en el. Me sumergo en mi amor, en el bien que sienta ese amor entregado al prójimo, aunque no recibido pero si extendido.

Sé que soy una mujer completamente incorregible, imperfecta, cuya fe es ahora mismo mi mayor fuerza para entender el mundo ausente, este mundo destartalado, colgado a veces, desde una telaraña. Aquélla que conociéndome a mí misma, en los momentos de infortunio comprende su esencia.

Sólo soy así, una mujer que ama con entrega, con fuerza incontrolable, sin la reserva de la duda, y con el alma desnuda, aquélla que siente la magia de los deseos, la que se alimenta un cariño, de un abrazo, de un momento de inspiración, y que cuando siente dolor, indiferente se encierra para no aterrorizar a los demás, busca el aire, deja de estar sumergida y vuelve a flote.


Soy así, una mujer que cae, que se levanta con coraje, que no teme al mundo, que desconoce, que ansía, que sufre, que se apasiona, que se avergüenza, que reconoce, que huye, que se aleja, que no tiene nada, que sólo se tiene a sí misma y a nadie mas.

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